Utilizar el blog como espacio
para compartir nuestras reflexiones no me ha supuesto un problema. A diferencia
de algunas de mis compañeras, no creía que fuera una invasión de mi intimidad,
por eso, escribí mi reflexión inicial desde una posición más personal. Quizás,
por esto, la respuesta ha sido extensa, pero como muy acertadamente apuntaste
en clase, “això vol dir que tenim coses a dir-nos”. En este segundo documento,
no hay espacio para responder a todo, pero comentaremos algunos de los aspectos
más significativos. Se abordarán, en primer lugar, temas relacionados con la
educación como la reforma educativa y los docentes desmotivados; al final,
reflexionaremos sobre el propio escrito y el tono en el que está redactado.
En el escrito inicial,
reivindicaba la necesidad de una reforma “inmedita” de nuestro sistema
educativo. Como muy bien señalaste en la respuesta:
“hi ha moltes maneres de contribuir al sistema (empatia,
contingència, treballs en grup, individualització, praxis, etc.), cap
de les quals s’aconsegueix de manera immediata […] i cap de les quals
es pot definir per avançat en la seva concreció a l’aula […] ja que no
es pot capturar de manera global i immediata quina és la solució que el sistema necesssita”.
Teniendo este aspecto en cuenta,
quizás una palabra más adecuada para reclamar la reforma educativa es
“urgente”. Somos conscientes que la didáctica de la lengua utilizada hasta
ahora (recuento de faltas, ejercicios repetitivos, etc.) no funcionan, por eso,
tal y como indicaba en mi prime escrito, es necesario cambiarlo. Modificarlas
inmediatamente, como has señalado, es imposible: todo cambio requiere tiempo
para la aplicación y la adaptación. No obstante, esto no excluye la urgencia de
la demanda.
A lo largo del primer escrito, también
hice referencia a la posibilidad de eliminar a los docentes desmotivados del
claustro de profesores. No puntualicé el origen de la desmotivación, por eso me
comentaste lo siguiente:
“un docent desmotivat ha de ser ‘eliminat’ del claustre, és
a dir se l’ha de poder fer fora? […]Potser són docents molt vàlids i
lúcids, desmotivats perquè veuen que els seus superiors jeràrquics són uns
incompetents i no fan bé la seva feina o uns polítics covards que no volen
aixecar la llebre”.
Cuando
hablaba de docentes desmotivados, me refería a todos aquellos docentes desanimados
por falta de vocación. En mi centro de prácticas me encontré con profesoras que
llegaron a afirmarme tales barbaridades como “los alumnos son como gremlins”.
En estos casos, sí que creo que es necesario cuestionar su función dentro del
centro ya que, las víctimas directas de este agotamiento son los alumnos.
Por
último, me gustaría comentar el tono “arrogante”, “rotundo” y “acusador” de mi
primer escrito. Utilicé este tono porque en ningún momento entendí el escrito
reflexivo como un escrito académico tradicional, sino más bien un espacio para
la reflexión individual. Pocas veces se proporciona al alumnado un espacio para
la interacción y quería aprovecharlo para expresar mi opinión, aunque lo
hiciera con un tono inadecuado.
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