La lectura de cuentos o microrrelatos ha sido una de las características de esta asignatura. Algunas de estas historias nos habrá cautivado y otras no tanto. No obstante, cada una de ellas ha abierto un tema de debate dentro o fuera de clase. Han conseguido ser un elemento de atracción (una zanahoria) para los estudiantes de este máster, uno de los objetivos que debemos tener nosotros como docentes en las aulas de Secundaria y Bachillerato.
Para obtener este objetivo, es necesario buscar espacios de reflexión y diálogo en un aula; los alumnos deben de disponer de tiempo para analizar cada uno de los elementos que configuran el texto. El profesor, en este caso, realiza un papel de moderador y facilitador a través de preguntas, recogiendo los argumentos de los alumnos y destacando los puntos claves de la tesi del alumnado.
A lo largo de las lecciones, según el tiempo del cual se disponía, se ha creado un mayor o menor espacio de reflexión. Sin embargo, en una de las sesiones, bajo mi punto de vista, no se dedicó el tiempo suficiente a reflexionar sobre la lectura. No obstante, daba pie a hablar sobre diferentes temas. Para los que no os acordeis, el cuento es Joc de peus y forma parte del libro de “Llibreta de vacances” de Ramon Solsona.
Refrescando un poco la memoria, os recuerdo que el cuento narraba una escena (picantona) entre un hombre y una mujer durante una boda.
Más allá del agrado hacia este texto o no, se generaron algunas preguntas que hubiera sido interesante poder tratar con más detenimiento en ese momento (aunque a posteriori se retomó en cierta manera el tema en el aula). ¿Se trata de una lectura adecuada para un grupo de alumnos de secundaria? ¿Dónde está el límite entre lo que se puede mostrar y lo que no? ¿Quién decide donde está ese límite? Estas son algunas de las cuestiones que me rondan la cabeza cuando imagino el alcance social de esta obra en un escenario como el que viviremos en nuestro día a día.
Como bien sabéis, compañeras y compañeros, mis estudios de Humanidades y mi pasión por el arte a veces me hacen dar una visión transversal de todo aquello que aprendemos. Esta vez no ha sido menos y este debate me ha hecho pensar en los horizontes de aquello que se puede mostrar o no en diferentes disciplinas, en este caso en el mundo del arte.
Para ello os quiero mostrar una de las obras incluidas entre la lista de las mejores representaciones artísticas de la historia.
El origen del mundo, Gustave Courbet. Fuente París City Visión
¿Consideráis que esta obra se debería mostrar en las aulas como estudio artístico? ¿Nos encontramos ante la misma situación que en la lectura de Ramon Solsona o son recursos diferentes? ¿Existen límites diferentes entre lo que se debe enseñar o no en la literatura respecto otras disciplina?
Como vemos, la vida de un profesor es una constante reflexión. Por ese motivo, como educadores en construcción (véase mis intervenciones anteriores en el blog) he querido aprovechar esta entrada opcional que nos ofrece este blog para abrir una línea de debate; una herramienta (no lo olvidemos) a partir de la cual se trabaja lengua.
¿Y qué opinas tú?
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